jueves, 7 de noviembre de 2013

La Escuela de Imágenes y Números

El I Ching se conoció desde sus inicios como un oráculo numerológico, puesto que las varillas daban números y los números imágenes que algunas veces se transformaban nuevamente en números. Esta forma fue la adivinación original que se practicó antes de que se compilaran los textos del Canon Antiguo del I Ching, que es el manual de adivinación que para el periodo de Primavera y Otoño (770-476 a.C.) servía ya a los aprendices del Oráculo de Varillas como guía para comprender los significados que tenían las imágenes y las líneas de los hexagramas.

No se puede decir que existan en realidad dos escuelas del I Ching, sino que cuando los confucianos se convirtieron en la casta letrada que debía dar el soporte ideológico al imperio, enfatizaron en los significados filosóficos del I Ching y dejaron de lado el aspecto numerológico y la adivinación, fue por eso que a partir de ese momento aquellos que persistieron en la práctica de los antiguos métodos fueron conocidos como la Escuela de Imágenes y Números, aunque todo su desarrollo se realizó en base a fundamentos que ya existían antes de compilarse los textos del I Ching; estas teorías y métodos fueron conocidos por los que compilaron los textos y dentro de los mismos se puede apreciar todos sus contenidos, por eso podemos saber que en un origen era un sola escuela, cuyo cuerpo era la filosofía y su uso la adivinación.

La primera separación se fue dando ya durante el periodo de Primavera y Otoño, cuando al tener ya el texto del Canon Antiguo, muchos de los adivinos de la corte se dedicaron a interpretar las respuestas del oráculo directamente en base a los textos en lugar de analizar las imágenes y olvidando que los textos sólo eran una ayuda mnemotécnica para aprender a conocer las imágenes. Incluso había casos en que asociaban los nombres de los personajes históricos que aparecían en los textos a los de sus familiares o descendientes que consultaban, convirtiéndose los textos del I Ching en respuestas directas a las preguntas; de esta manera fue como se fueron perdiendo los antiguos significados.

Confucio vivió en esa época y a pesar de ser un hombre muy cultivado, no pertenecía a los Shi, aficionándose a la práctica de la adivinación ya en su edad mayor, tal vez por eso era que, según él mismo manifestó, solo "acertaba en setenta de cada cien adivinaciones". Los antiguos Shi debían acertar en el cien por ciento de sus consultas y normalmente llegaban a un grado de acierto mayor al ochenta o al noventa por ciento, porque conocían los métodos originales de la adivinación, los mismos que eran trasmitidos sólo al interior de sus escuelas.

Fue así como Confucio, dio una transmisión del I Ching dando importancia a sus aspectos filosóficos, que él comprendió en bastante profundidad, pero con cierta deficiencia en cuanto a los métodos de adivinación, porque él era un Ru, grupo de funcionarios de la corte especializados en ciertos rituales y no los encargados de la adivinación. Sin embargo, sus discípulos recibieron también la trasmisión del I Ching que el des dio, conservando este libro como uno de sus textos de estudio, hasta que al llegar a Han del Oeste (206 a.C.-25 d.C.) se dedicaron a estudiar sólo los aspectos filosóficos del libro.

Sin embargo, fue dentro de una de las ramas de la misma escuela confuciana que se conservó la tradición numerológica original del I Ching. Tian He, uno de los representantes de la sexta generación del I Ching transmitido por Confucio, tuvo como discípulo al General Ding y el General Ding, representante de la séptima generación, tuvo también como maestro a Zhou Wang Sun, quien le transmitió los antiguos significados. Fue así como este conocimiento original de los métodos de interpretación del oráculo en base a las imágenes y los números se transmitió a Tian Wang Sun de la octava generación, Meng Xi de la novena generación, Jiao Yan Shou de la décima generación y finalmente a Jing Fang, de la undécima generación. Y fue Jing Fang, representante de la undécima generación del I Ching transmitido por Confucio, quien a su vez conocía los antiguos significados, el que en base a los conocimientos adquiridos de su maestro, desarrolló lo que hoy en día conocemos como el Wen Wang Gua o Método de Pronósticos de las Seis Líneas.

En tiempos modernos se conoce más a Jing Fang porque el sistema que desarrolló alcanzó enorme popularidad en las consultas del hombre común, sobre todo a partir del siglo tercero de nuestra era, pero él fue sólo uno más de los grandes maestros de la Escuela de Imágenes y Números, hombres de gran virtud que dedicaron sus vidas al análisis del I Ching y sus métodos de adivinación con la finalidad de servir a la sociedad. El mismo Jing Fang fue ejecutado a la edad de cuarenta años porque con sus pronósticos advertía al emperador que debía alejar de su lado a los funcionarios corruptos que traían la desgracia al imperio, y fueron esos funcionarios corruptos los que se coludieron para lograr que se le declare enemigo del estado y se le dé la muerte.

Por suerte, muchos de los conocimientos de los maestros de la Escuela de Imágenes y Números han sido preservados en libros, los mismos que pueden ser estudiados si uno tiene la base suficiente en el estudio del idioma chino antiguo y la filosofía china, entonces sus métodos han podido ser preservados y hasta la actualidad existen muchas personas en China que los practican y los enseñan, incluso en universidades conocidas, como la Universidad de Shandong y la Universidad Zhongshan de Cantón.

Si uno desea aprender no sólo la adivinación, sino profundizar en los fundamentos de artes como la geomancia china, es indispensable aprender los métodos de la Escuela de Imágenes y Números.

Joseph Cruz Soriano
Centro Tian Long Tan
Astrología China, Feng Shui y Oráculos Tradicionales
www.tianlongtan.blogspot.com

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